Por Madeleine Sierra
El clown eres tú mismo en conexión con la naturaleza de niño: en estado de juego, espontáneo y transparente, sin juicios hacia ti mismo o hacia los demás. Es la expresión de tu propia personalidad jugando a ser ilógico, tonto y absurdo.
El clown examina el mundo al derecho y al revés, y es aquí que nos hace descubrir todas las posibilidades de la existencia humana: frágil y transgresora, banal y profunda, lógica y absurda, cómica y trágica… Su humildad reside en la aceptación del fracaso, y su humanidad y amor, en compartirlo con nosotros.