Mi maestro de teatro y clown Zario, con quien estudié en París, decía que siempre hay que entrar al escenario conectado con el tema (el tema de la pieza, de la situación, del personaje que se va a interpretar). Conectarse significa dejarse “tocar” por el tema, que todas las células del cuerpo sientan la emoción que nos provoca dicha pieza, pues esto es lo que nos llevará a que todas las acciones que hagamos en el escenario, sean lógicas y coherentes, y a que nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra emoción vayan juntas, se empaten… lo que decía mi maestro era “estar en cita con el cuerpo”. Esto es muy importante porque por lo general la mente dice a dónde llegar, el cuerpo se resiste y la emoción salta de una a otra y no se crea coherencia, y esto se ve pues el escenario es una gran lupa que transparenta todo lo que uno piensa, hace y siente.