Por Madeleine Sierra
“Es duro encarar la pérdida de cuánto te esforzaste toda tu vida (y tal vez todavía te estás esforzando) para demostrarles a las personas a las que amabas en tu infancia, que no estabas triste, asustada o necesitando ayuda. Cuando siempre estuvo bien estarlo porque todo el mundo se siente triste o asustado, y necesita ayuda”.